Almohada Viscoseda Belnou
Al Comprar la Almohada Viscoseda Belnou
Se obtiene: Almohadas de Visco Viscoseda Funda Microfibra Satén Belnou con núcleo Viscoelástico adaptable de óptimo confort, relaja los músculos de cuello y hombros, funda de auténtica Microfibra en Satén Tacto Seda Extrasuave, ribeteada en granate, firmeza media, recomendada para dormir de lado o boca arriba.
Porque la Almohada Viscoseda Belnou esta compuesta de Núcleo Viscoelástico, Funda Exterior 100% Microfibra Satén Ribeteada y Funda Interior Funda Protectora con Algodón.
Firmeza | Firmeza Media |
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Nucleo | Viscoelástico |
Tejido | Microfibra |
Marca | BELNOU |
Fabricante | BELNOU |
Como comprar almohadas de visco
Para comprar almohadas de visco en areaconfort
Tiene que seleccionar el producto de su preferencia de almohadas de visco, y seleccionar las opciones como talla, color o complementos que necesite, y añadirlo al carrito de compra.
Puede comprar almohadas de visco de fabricacion Española.
Por diferentes medidas o Colores.
Viscoelástico:La espuma viscoelástica es un material totalmente ergonómico e indeformable elaborado con una tecnología muy avanzada. Está formado por células abiertas que reaccionan al peso y a la temperatura corporal adaptándose a la cabeza y al cuello de cada persona y memorizando su forma. De este modo, con una almohada viscoelástica se logra una correcta postura cervical. Al eliminar los puntos de presión, se consigue una mayor relajación muscular y, por lo tanto, una mejora en la circulación sanguínea. Por eso es un material muy valorado por sus propiedades terapéuticas.
Existen 2 tipos de colchones viscoelásticos que se diferencian por la forma en que se fabrican: espumado y moldeado.
El espumado es el resultado de una composición química por la mezcla de diferentes componentes que crean el proceso de espumación. Este viscoelástico es conocido como de poro abierto y afecta a la circulación del aire en el material.
El moldeado es aquel en el cual se utiliza un molde en el proceso de fabricación. Este vicoelástico tiene un poro más cerrado que el espumado, y consecuentemente una circulación del aire más lenta.
Ventajas del material:
> Elimina los puntos de presión sobre el cuerpo
> Regula la temperatura corporal (Termosensible)
> Disminuye las tensiones musculares y nerviosas optimizando la circulación sanguínea
> Indeformable y duradero
> Anatómico y ergonómico, con una gran adaptabilidad a las diferentes partes del cuerpo
> Higiénico y antialérgico
Almohadas viscoelásticas: La espuma viscoelástica es un material totalmente ergonómico e indeformable elaborado con una tecnología muy avanzada. Está formado por células abiertas que reaccionan al peso y a la temperatura corporal adaptándose a la cabeza y al cuello de cada persona y memorizando su forma. De este modo, con una almohada viscoelástica se logra una correcta postura cervical. Al eliminar los puntos de presión, se consigue una mayor relajación muscular y, por lo tanto, una mejora en la circulación sanguínea. Por eso es un material muy valorado por sus propiedades terapéuticas.
Tejido Microfibra: Las tiras que forman la tela de microfibra miden menos de un 1 denario, o la mitad del grosor de una hilo de seda. Algunas telas de microfibra usan tiras que miden solo 10 micrones de diámetro, o 1/10 del grosor de un pelo humano. La mayoría de las telas de microfibra se hacen a partir de materiales sintéticos como poliéster o nailon, o una combinación de ambas. Las telas de microfibra son livianas, muy absorbentes y no se tiñen ni arrugan fácilmente. Las telas de microfibra que están cargada electrostáticamente pueden tomar pequeñas partículas, como polvo, sin el uso de solventes y no dejan pelusa. Las telas de microfibra son populares en los trapos de limpieza y en las prendas deportivas, también en el aisalmiento de bolsas de dormir, manteles, cobertores de muebles y pañales de tela. Las telas de microfibra deben ser lavada con detergente libre de aceites, jabones o suavizantes, ya que la tela se puede impregnar de ellos y absorber olores. Las telas de microfibra sintéticas fueron inventadas por Dr. Miyoshi Okamoto a principos de los 70. El Dr. Toyohiko Hikota desarrolló la primera tela de gran disponibilidad comercial, la ultragamuza.
El Satén:Según parece el origen del satén se remonta a la ciudad china de Tsia Toung en la que actualmente todavía existe una importante industria productiva. Por su elegante brillo, suavidad y apariencia elegante, así como una buena consistencia se ha convertido en un tejido muy apreciado para la confección de ropa para la cama entre otros usos (prendas de lencería, batas, vestidos de noche o camisones). Debido al tipo de confección y gracias a los hilvanes largos que conforman los hilos de la trama en su parte derecha, se consigue un tacto liso y aspecto brillante aunque una cara del tejido suele ser más mate que la opuesta.
El algodón: Hace más de 7.000 años ya se cultivaba el algodón en Egipto, India y Perú. Y es que el algodón es la fibra natural más valorada y se utiliza desde la antigüedad para crear todo tipo de tejidos. La planta del algodón se cultiva en zonas cálidas y templadas con tierras ricas y bien trenadas. Tras la caída de la flor, el capullo del algodón madura y se transforma en una bola oval o copo, que al abrirse deja al descubierto las fibras de algodón. Cada copo puede tener hasta 20.000 fibras y de su longitud y brillo depende la calidad del algodón. El algodón, se compone en un 94% de celulosa, que se deposita en él durante su maduración, dándole así su estructura cristalina y consistencia definitiva. Al secarse, las fibras se enredan entre sí de forma natural. Es en este momento cuando se recoge, para pasar después al proceso de hilatura. El resultado, es la obtención de un producto natural, resistente y con una gran capacidad de absorción, pero que además es transpirable y tiene un tacto suave y agradable. Por todo esto, el algodón proporciona una profunda sensación de frescor cuando se utiliza en la ropa de cama.
OK REACH El Certificado OK Reach, emitido por AITEX, garantiza que el artículo o referencia cumple con requisitos establecidos por el reglamento REACH en su Anexo XVII (Restricciones a la fabricación, comercialización y uso de determinadas sustancias, preparados y artículos peligrosos) y Anexo XIV (Contenido de sustancias de alta preocupación –SVHC en concentraciones no superiores al 0.1% en artículo.
Oeko-Tex: -https://www.oeko-tex.com/- Certificado europeo que garantiza que el producto no contiene sustancias nocivas para la salud y son respetuosos con el medio ambiente. Sólo se otorga a los fabricantes capaces de superar estrictas pruebas de seguridad de calidad avanzada.
LA ALMOHADA IDEAL: Si durante su descanso o al levantarse tiene dolor de cuello o espalda, posiblemente su almohada no es la más adecuada para su fisonomía y debería cambiarla.
LAS ALMOHADAS SEGÚN SUS MATERIALES
LAS ALMOHADAS SEGÚN LA POSTURA AL DORMIR
¿Cómo aliviar el dolor de cuello? Los expertos nos lo explican a partir de las siguientes medidas: No permanecer en una misma posición durante muchas horas: aunque es difícil corregir las malas posturas, levantarse de vez en cuando y cambiar de posición es clave para evitar que el cuello se agarrote y provoque molestias con el paso de las horas. Realizar ajustes ergonómicos: en caso de utilizar el ordenador continuamente, sitúa el monitor a la altura de los ojos para poder verlo con facilidad y no forzar los movimientos. También al consultar tabletas, es preciso colocarlas sobre una almohada para que puedan reposar en un ángulo de 45 grados, en vez de apoyarlo sobre el regazo. Conoce tus límites: antes de realizar movimientos que requieren esfuerzo – como mover muebles u otros objetos pesados – pide ayuda y tu cuello y espalda lo agradecerán. Duerme las horas que necesites: los problemas de sueño aumentan el riesgo de padecer dolores musculo-esqueléticos. Intenta dormir las horas necesarias y descansar en el ambiente adecuado: sin distracciones, sin ruido, sin móviles, sin televisión, sin demasiada luz, etc. Desde Velfont añadimos otra medida tan o más esencial que las ya mencionadas: dar con la almohada ideal para cada uno. Es importante destacar que la almohada ideal para cada persona es aquélla que permite que cabeza, cuello y espalda (es decir, toda la columna vertebral) estén alineados en la misma posición que lo están cuando estamos de pie. Es por eso que no existe una almohada ideal para todos sino que cada uno debemos encontrar aquélla que mejor encaje con nuestras preferencias, constitución y posición a la hora de dormir.
¿Cómo cuidar mi almohada? Si la almohada dispone de doble funda, es aconsejable lavarla conjuntamente para que el relleno quede más protegido. Utilizar el programa de lavadora para prendas delicadas a baja temperatura con detergente líquido suave. No utilizar suavizantes. Almohadas de plumas: Introducir dentro de la lavadora dos pelotas de tenis envueltas y atadas con medias. Almohadas de fibra o látex: Enrollar la almohada y sujetarla con una cuerda o hilo para evitar que se desenrolle. Introducir la almohada en el mismo sentido en el que gire el tambor. Para evitar que las almohadas choquen demasiado contra el tambor de la lavadora, lavar más de una almohada en cada lavado. Realizar un segundo aclarado para evitar que permanezca cualquier residuo de detergente en el interior de la almohada. Secar la almohada en la secadora o al aire libre: Secadora: Utilizar un programa de ciclo de secado en frío. Si fuese necesario más de un ciclo, sacar la almohada y ahuecarla antes de introducirla de nuevo (para las almohadas de duvet, introducir en la secadora dos pelotas de tenis envueltas y atadas con medias). Aire libre: Colocar la almohada en un lugar totalmente horizontal y ahuecarla una vez seca.
¿Cuándo debo reemplazar mi almohada? Según los expertos en descanso, lo ideal sería reemplazar nuestra almohada en un periodo de entre seis meses y dos años como máximo. Cuando se trata de cambiarla, es importante recordar que la almohada ideal debe rellenar el hueco entre la cabeza y los hombros, para así evitar dolores de espalda y demás daños físicos totalmente innecesarios. En primer lugar y aunque no seamos directamente conscientes de ello, con el paso del tiempo las propiedades de nuestra almohada pueden perder efectividad y calidad. De hecho, cuando llevamos tiempo utilizando la misma, deja de aportarnos la comodidad del principio y, de rebote, daña progresivamente nuestra espalda. En segundo lugar, la almohada podría ser una cuna de ácaros, polvo y suciedad. Aunque puede lavarse, la efectividad de la limpieza no es tal como cambiarla. Para evitar compartir cama con estos pequeños seres vivos, es mejor reemplazar la almohada frecuentemente. Y, en tercer lugar, con el paso del tiempo, nuestra almohada se empapa de sudor, grasa e incluso células muertas de nuestra piel que, aunque nos parezca extraño, pueden provocar acné y demás imperfecciones.
¿Las almohadas se pueden lavar? Aunque no es necesario hacerlo tan a menudo como con las fundas, las almohadas pueden (y deberían) lavarse una o dos veces al año para para eliminar los ácaros, hongos y bacterias que van acumulándose en ellas. No debemos olvidar que pasamos, de media, entre siete y ocho horas al día respirando sobre la almohada, cosa que la convierte en el cultivo ideal para que hongos, ácaros y algunas bacterias vayan creando en ella su propio ecosistema. Por norma general, se recomienda evitar lavar en casa las almohadas de plumas, viscoelásticas y látex puesto que necesitan secarse muy bien eliminando totalmente cualquier tipo de humedad que pueda quedar en su interior. Por otro lado, las almohadas de fibra pueden lavarse sin problema en la lavadora. Se recomienda lavarlas con agua caliente para acabar con los microorganismos y con una pequeña dosis de detergente y suavizante. Para que la almohada se ahueque durante el lavado, se recomienda, además, introducir en el tambor una o dos pelotas de tenis que irán moviendo su contenido a medida que avance el programa de lavado. Cuando esté limpia, no se debe escurrir ni retorcer. Para que se seque bien, primero hay que aplastar la almohada ligeramente en una superficie lisa y limpia (como por ejemplo una bañera) y luego pasarle una toalla seca para retirar la mayor humedad posible. También se puede dejar la almohada en una superficie lisa, sobre un par de toallas, dándole la vuelta de vez en cuando para evitar que la humedad se acumule por una sola cara. A continuación, se puede dejar secar al aire o introducirla en la secadora. Si somos reacios a meter la almohada en la lavadora, también se puede obtener un buen resultado lavándola a mano, aunque para ello sea necesario invertir un poco más de tiempo y esfuerzo. En cualquier caso, y si no estamos seguros del lavado que podemos realizar, siempre nos quedará la opción de llevar nuestra almohada a la lavandería, pues ellos mejor que nadie sabrán el cuidado que se deberá que darle.
La firmeza de las almohadas: A la hora de escoger la almohada ideal, además de tener en cuenta el tejido de confección y el material del relleno, es importante considerar qué tipo de firmeza queremos, o más bien, necesitamos. Las almohadas se pueden clasificar según su firmeza en: almohadas bajas, medias y altas. Para elegir una almohada adecuadamente, la regla general es la misma que se aplica para elegir el colchón: aquélla que nos resulte más cómoda y nos ayude a mantener la columna vertebral en una postura correcta y natural. La elección de un grado u otro de firmeza de la almohada no debe ser aleatoria sino que estará directamente relacionada con nuestra complexión física y con nuestra posición más habitual al dormir. Por lo tanto, lo primero que hay que determinar, una vez considerado nuestro grado de corpulencia, es cuál es esta posición más habitual. Para identificarla, sólo hay que pensar en cuál es la postura en la que nos encontramos la mayoría de las veces al despertar: de lado, boca arriba o boca abajo. En función de la respuesta, tendremos un punto de partida para escoger nuestra almohada ideal. Si dormimos de lado, la almohada que usemos deberá permitir que el cuello quede en horizontal y alineado con la columna vertebral; ni más alto ni más bajo. Será necesaria, pues, una almohada gruesa y de firmeza alta para equilibrarse con la anchura del hombro. Si dormimos boca arriba, necesitaremos una almohada de firmeza media, que se adapte a la curva natural del cuello; ni muy gruesa ni muy fina para que las vértebras cervicales no adquieran una postura forzada o antinatural. Si se da el caso que dormimos la mayoría del tiempo boca abajo, deberemos escoger una almohada de firmeza baja para que la cabeza y el cuello queden girados en una postura natural, cómoda y no perjudicial. Para los inquietos que se mueven mucho y cambian de posición durante la noche, la almohada de firmeza media será la más indicada.
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