Almohada Duvet Basic Mash
Al Comprar la Almohada Duvet Basic Mash
Se obtiene: Almohada Duvet plumas Basic Mash Algodón sistema Downproof sistema sin poros que mantiene el plumón y la pluma en el interior de la funda, relleno en pluma natural de gran calidez, almohada con relleno natural pensada para aquellas personas que buscan la mejor relación calidad-precio.
Porque la Almohada Duvet Basic Mash esta compuesta de Tejido: Algodón 100% con sistema Downproof, Relleno: 10% Duvet y 90% Pluma y Altura: media.
Firmeza | Firmeza Media |
---|---|
Nucleo | Plumas |
Tejido | Algodón |
Tipo | Duvet |
Marca | MASH |
Fabricante | PRODUCTOS KOL SL. |
Como comprar Almohadas de plumas Duvet Basic Mash
Para comprar Almohadas de plumas Duvet Basic Mash en areaconfort
Tiene que seleccionar el producto Almohadas de plumas Duvet Basic Mash, y seleccionar las opciones como talla, color o complementos que necesite, y añadirlo al carrito de compra.
Puede comprar Almohadas de plumas Duvet de fabricacion Española.
Por diferentes medidas o Colores.
La Almohadas de plumas Duvet Basic Mash, con relleno en pluma natural de gran calidez, con tejido 100% en algodón downproof. Una almohada con relleno natural pensada para aquellas personas que buscan calidez, comodidad y la mejor relación calidad-precio.
Características Almohadas de plumas Duvet Basic Mash
Funda: Algodón 100% con sistema Downproof, un sistema sin poros que mantiene el plumón y la pluma en el interior de la funda.
Relleno interior: 10% Duvet y 90% Pluma.
Altura: media
Recomendaciones Almohadas de plumas Duvet Basic Mash:
Lavar a 30 ºC máximo.
Utilice 1/3 de la dosis que habitualmente utilice de detergente.
No use lejía.
Si utiliza secadora la temperatura máxima será de 40ºC.
Puede lavarla en seco.
La Funda exterior puede plancharla pero a una temperatura muy suave.
Pluma-plumón:La pluma y, especialmente, el plumón, son aislantes térmicos, esto es que un nórdico con este relleno nos aislará del frío exterior impidiendo que penetre, manteniendo la temperatura del cuerpo y evitando que se enfríe.
El algodón: Hace más de 7.000 años ya se cultivaba el algodón en Egipto, India y Perú. Y es que el algodón es la fibra natural más valorada y se utiliza desde la antigüedad para crear todo tipo de tejidos. La planta del algodón se cultiva en zonas cálidas y templadas con tierras ricas y bien trenadas. Tras la caída de la flor, el capullo del algodón madura y se transforma en una bola oval o copo, que al abrirse deja al descubierto las fibras de algodón. Cada copo puede tener hasta 20.000 fibras y de su longitud y brillo depende la calidad del algodón. El algodón, se compone en un 94% de celulosa, que se deposita en él durante su maduración, dándole así su estructura cristalina y consistencia definitiva. Al secarse, las fibras se enredan entre sí de forma natural. Es en este momento cuando se recoge, para pasar después al proceso de hilatura. El resultado, es la obtención de un producto natural, resistente y con una gran capacidad de absorción, pero que además es transpirable y tiene un tacto suave y agradable. Por todo esto, el algodón proporciona una profunda sensación de frescor cuando se utiliza en la ropa de cama.
AITEX: El Instituto Tecnológico Textil es una asociación privada sin ánimo de lucro iniciada por la Generalitat Valenciana. Fomenta la investigación y la innovación de las tecnologías para contribuir al progreso del sector textil. Certifica que los productos relacionados con el ámbito textil no son nocivos para la salud ni perjudiciales para el medio ambiente.
Aenor: Entidad, designada por el Ministerio de Industria y Energía, para desarrollar una mejora de la calidad y competitividad en los sectores industriales y de servicios, y a la vez proteger el medio ambiente. Esta entidad emite un Certificado que garantiza la calidad de los productos y la empresa certificada.
IQNet Engloba los organismos de certificación internacional en la red más grande del mundo de entidades de certificación en sus respectivos países. Desde que se estableció en 1990, IQNet aporta cientos de oficinas y subsidiarias socias con presencia alrededor de todo el mundo.
¿Cómo cuidar mi almohada? Si la almohada dispone de doble funda, es aconsejable lavarla conjuntamente para que el relleno quede más protegido. Utilizar el programa de lavadora para prendas delicadas a baja temperatura con detergente líquido suave. No utilizar suavizantes. Almohadas de plumas: Introducir dentro de la lavadora dos pelotas de tenis envueltas y atadas con medias. Almohadas de fibra o látex: Enrollar la almohada y sujetarla con una cuerda o hilo para evitar que se desenrolle. Introducir la almohada en el mismo sentido en el que gire el tambor. Para evitar que las almohadas choquen demasiado contra el tambor de la lavadora, lavar más de una almohada en cada lavado. Realizar un segundo aclarado para evitar que permanezca cualquier residuo de detergente en el interior de la almohada. Secar la almohada en la secadora o al aire libre: Secadora: Utilizar un programa de ciclo de secado en frío. Si fuese necesario más de un ciclo, sacar la almohada y ahuecarla antes de introducirla de nuevo (para las almohadas de duvet, introducir en la secadora dos pelotas de tenis envueltas y atadas con medias). Aire libre: Colocar la almohada en un lugar totalmente horizontal y ahuecarla una vez seca.
¿Cuándo debo reemplazar mi almohada? Según los expertos en descanso, lo ideal sería reemplazar nuestra almohada en un periodo de entre seis meses y dos años como máximo. Cuando se trata de cambiarla, es importante recordar que la almohada ideal debe rellenar el hueco entre la cabeza y los hombros, para así evitar dolores de espalda y demás daños físicos totalmente innecesarios. En primer lugar y aunque no seamos directamente conscientes de ello, con el paso del tiempo las propiedades de nuestra almohada pueden perder efectividad y calidad. De hecho, cuando llevamos tiempo utilizando la misma, deja de aportarnos la comodidad del principio y, de rebote, daña progresivamente nuestra espalda. En segundo lugar, la almohada podría ser una cuna de ácaros, polvo y suciedad. Aunque puede lavarse, la efectividad de la limpieza no es tal como cambiarla. Para evitar compartir cama con estos pequeños seres vivos, es mejor reemplazar la almohada frecuentemente. Y, en tercer lugar, con el paso del tiempo, nuestra almohada se empapa de sudor, grasa e incluso células muertas de nuestra piel que, aunque nos parezca extraño, pueden provocar acné y demás imperfecciones.
¿Las almohadas se pueden lavar? Aunque no es necesario hacerlo tan a menudo como con las fundas, las almohadas pueden (y deberían) lavarse una o dos veces al año para para eliminar los ácaros, hongos y bacterias que van acumulándose en ellas. No debemos olvidar que pasamos, de media, entre siete y ocho horas al día respirando sobre la almohada, cosa que la convierte en el cultivo ideal para que hongos, ácaros y algunas bacterias vayan creando en ella su propio ecosistema. Por norma general, se recomienda evitar lavar en casa las almohadas de plumas, viscoelásticas y látex puesto que necesitan secarse muy bien eliminando totalmente cualquier tipo de humedad que pueda quedar en su interior. Por otro lado, las almohadas de fibra pueden lavarse sin problema en la lavadora. Se recomienda lavarlas con agua caliente para acabar con los microorganismos y con una pequeña dosis de detergente y suavizante. Para que la almohada se ahueque durante el lavado, se recomienda, además, introducir en el tambor una o dos pelotas de tenis que irán moviendo su contenido a medida que avance el programa de lavado. Cuando esté limpia, no se debe escurrir ni retorcer. Para que se seque bien, primero hay que aplastar la almohada ligeramente en una superficie lisa y limpia (como por ejemplo una bañera) y luego pasarle una toalla seca para retirar la mayor humedad posible. También se puede dejar la almohada en una superficie lisa, sobre un par de toallas, dándole la vuelta de vez en cuando para evitar que la humedad se acumule por una sola cara. A continuación, se puede dejar secar al aire o introducirla en la secadora. Si somos reacios a meter la almohada en la lavadora, también se puede obtener un buen resultado lavándola a mano, aunque para ello sea necesario invertir un poco más de tiempo y esfuerzo. En cualquier caso, y si no estamos seguros del lavado que podemos realizar, siempre nos quedará la opción de llevar nuestra almohada a la lavandería, pues ellos mejor que nadie sabrán el cuidado que se deberá que darle.
La firmeza de las almohadas: A la hora de escoger la almohada ideal, además de tener en cuenta el tejido de confección y el material del relleno, es importante considerar qué tipo de firmeza queremos, o más bien, necesitamos. Las almohadas se pueden clasificar según su firmeza en: almohadas bajas, medias y altas. Para elegir una almohada adecuadamente, la regla general es la misma que se aplica para elegir el colchón: aquélla que nos resulte más cómoda y nos ayude a mantener la columna vertebral en una postura correcta y natural. La elección de un grado u otro de firmeza de la almohada no debe ser aleatoria sino que estará directamente relacionada con nuestra complexión física y con nuestra posición más habitual al dormir. Por lo tanto, lo primero que hay que determinar, una vez considerado nuestro grado de corpulencia, es cuál es esta posición más habitual. Para identificarla, sólo hay que pensar en cuál es la postura en la que nos encontramos la mayoría de las veces al despertar: de lado, boca arriba o boca abajo. En función de la respuesta, tendremos un punto de partida para escoger nuestra almohada ideal. Si dormimos de lado, la almohada que usemos deberá permitir que el cuello quede en horizontal y alineado con la columna vertebral; ni más alto ni más bajo. Será necesaria, pues, una almohada gruesa y de firmeza alta para equilibrarse con la anchura del hombro. Si dormimos boca arriba, necesitaremos una almohada de firmeza media, que se adapte a la curva natural del cuello; ni muy gruesa ni muy fina para que las vértebras cervicales no adquieran una postura forzada o antinatural. Si se da el caso que dormimos la mayoría del tiempo boca abajo, deberemos escoger una almohada de firmeza baja para que la cabeza y el cuello queden girados en una postura natural, cómoda y no perjudicial. Para los inquietos que se mueven mucho y cambian de posición durante la noche, la almohada de firmeza media será la más indicada.
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